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Monday, 21 January 2013

Rocío Diáz Gómez

rocío díaz gómez
#20
Rocío es licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Ganó el XXIII Premio Internacional de cuentos “Max Aub”; el XII Certamen de Relato del Ayuntamiento de Monturque; Primer Premio en el XX Certamen de Narrativa y de Poesía María Fuentetaja del Ayuntamiento de El Escorial, al mejor relato escrito por una mujer en Noviembre 2011... Forma parte de la tertulia literaria “Rascaman” en el Café Ruiz de Madrid donde Javier Díaz Gil o Aureliano Cañadas entre otros, comparten textos, lecturas y vivencias con nuestra escritora. Rocío domina la estructura narrativa, un lenguaje conciso o los matices dialectales y conjuga sabiamente reflexión, humor y dramatismo.

CirCULOS de aceite

Doctor, cómo se lo explicaría yo... Claro, claro por el principio: Pues mire de niño tenía lombrices, unas lombrices enormes que picaban una barbaridad las cabronas, perdone, perdóneme usted este lenguaje tan ordinario pero es que es acordarme y es como si me picaran otra vez a puro rabiar. Lo pasaba tan, tan mal, que hasta sangre me hacía de rascarme y rascarme, un horror. Entonces mi madre me echaba sobre sus rodillas boca abajo y untaba con sus dedos mágicos aceite en mis partes, ya sabe, alrededor de todo el orificio anal... suavecito, suavecito, haciendo círculos y círculos, suavecito y más círculos, redondito, redondito hasta que salían las condenadas y entonces mi madre podía agarrarlas por su pescuezo de lombriz y se acababa instantáneamente el picor, ese picor tan horrible que me tenía destrozadito por dentro y por fuera.
En el parque, en el parque doctor, eso dijeron que debió ser producto de algún tipo de infección jugando en la calle... Bueno pues lo que le iba contando, duró tanto la infección, tanto, que me dieron los dieciocho con el temita del aceite y lo suavecito a cuestas. Con el tiempo y al fin el enemigo abandonó, pero a mí ya se me quedó esa cosa de los circulitos... Y madre no hay más que una. Una madre te unta hasta los ochenta si es necesario si a su hijo eso le calma los nervios...
Pero doctor el mes pasado, se murió mi madre, noooo tranquilo, ley de vida, que los noventa no los cumplía ya la pobre, Dios la tenga en su gloria. Y bueno pues que yo venía porque... esto es un efecto secundario de aquel largo tiempo de enfermedad, doctor, es como otra enfermedad que me ha tocado a mí, compréndalo, una enfermedad como otra cualquiera y entonces si usted fuera tan amable de firmar algún documento para que la asistencia médica del barrio se ocupara de mi problema… Yo no soy más que un enfermo, doctor, un enfermo cualquiera, un enfermo más, que necesita atención facultativa... Entonces, bueno, pues si fuera posible que me pudieran mandar a casa a una enfermera o a alguien de maneras delicadas… en fin ya sabe, una enfermera preparada y cuidadosa para mi tratamiento diario...