Suspenso en aritmética
Tu pelo era largo
era largo y se extendía
a través de los mares que nos separaban.
Uno, dos, tres, cuatro …
Tu pelo me buscaba más allá de los números
y yo salía con júbilo a recibirlo cada tarde
y besaba sus puntas
y bebía de sus saladas raíces.
Dormía a él entrelazada,
me ungía su perfume, bálsamo sagrado.
Me cubría con él si me azotaban.
Pero no me salen
de un tiempo a esta parte
las cuentas.
No me salen
últimamente
no me salen.
Uno, dos, tres, cuatro…
Han crecido los mares
o has retirado las redes
levado el ancla de tu pelo.
Uno, dos, tres, cuatro…
Uno, dos, tres...
Desde la orilla acaricio tu mano
y espero que regreses.
Sumo, multiplico, divido...,
y el resultado siempre es cero.
Salto al vacío
Recuerde el alma dormida esta noche
de pantallas como ojos de muerto
en qué momento la inocencia,
los sueños,
la fe
dieron su primer salto mortal al vacío.
Decidme, amigos míos: ¿Qué nos empuja?
Ay, el tiempo, que nos cubre de cenizas
y nos va pudriendo como manzanas
a los pies del árbol que las siente caer
y las ve rodar
y enterrarse en el barro
y perderse bajo la tierra
lentamente.
Himno de la tierra de nadie
Prefiero olvidar cómo he llegado
a esta tierra de nadie. A este no sitio
en el que nunca había estado antes.
Lo sé
porque no reconozco esta paz extraña,
este estado sin nombre
esta sospechosa calma.
Porque no tengo un nombre
para el aire del que cuelgo
balanceándome
idiota
como un muñeco
felizmente idiota
colgando
del aire.
In Memoriam
Qué importa que sigas en los bares
que bebas, comas, duermas, rías
que cojas aviones
que hables o te traguen
laberintos de silencio.
Que te sueltes el pelo. Que murmures.
Que des con tu cuerpo en otras camas.
Que esperes el verde en los semáforos.
Que cierres los ojos.
¿Qué importa? Si hasta el cuerpo
se te queda corto al nombre.
No te esfuerces
porque ya estás muerto.
Estás muerto y aún no lo sabes.
Memoria con aguacero
Me moriré en Amsterdam con aguacero
una tarde de la cual tengo ya el recuerdo.
Habrá en el cielo un eclipse de sangre
por el suicidio colectivo de las hadas de la infancia
y olvidará el agua mi nombre
y no habrá cemento que soporte el beso de mis pasos.
Moriré en Amsterdam
lo sé lo he visto lo recuerdo
porque ya no habrá bancos junto a árboles
que admitan que en ellos yo leí libros
conté historias
sonreí a perros con dueño
lloré la soberbia de las gaviotas
o traduje señales con palabras que desconozco.
Moriré en esta ciudad de eterna lluvia
mañana esta tarde ayer
tal vez quizás ya he muerto
porque ya agoté los últimos restos
del pan y los peces
y he visto la terrible danza
que se celebra en la herida
de las palabras nunca dichas.
Moriré con este agua
bajo este cielo de cinc sin saber
si alguna vez estuve cerca de los poetas
si supe distinguir la luz
en los rostros de la muerte.
Besos furtivos
No se resiste el mar incontinente
a subir muy despacio por la arena.
Dulce besa tus pies y sigiloso
retira sus cien lenguas de saliva.
Como si reclamaras sus caricias,
te titila la sangre sin sonrojo
bajo el sol amenguado de la tarde.
Por los labios del mar beso tu herida.
De No quieras ver el páramo
Nosotros que no somos
Te propongo un viaje al paraíso del caos, un día
en el jardín de mis más oscuras delicias.
Te propongo sumergirte en todos mis vértigos
y derramar nuestros cabellos por las horas.
Te propongo un baile
sobre la sal de los muertos
y todas las risas que caben
en las venas de los mares.
Te propongo el silencio
y el olvido perfecto de los espejos.
Clasificados
Señorita española buena presencia
se ofrece para ejercer en circo
treintaicinco años de experiencia
domadora de fieras funámbula
payaso ayudante de mago – con elevado
porcentaje de éxito mil veces rebanada –
acróbata con o sin perros mujer orquesta
contorsionista diplomada equilibrista
acreditada trapecista.
Disposición inmediata.
Interesados ponerse en contacto.
Encantada de ofrecer demostración
o entrevista.
The Killer
Para intentar comprender lo que sucede
he debido convertirme en asesina.
Inmolar la nada
con un corte limpio abrirla
y sacarle las vísceras
arrancarle la piel a tiras
coserme con ella la careta
con la que salgo a la calle
y me cruzo con tus rostros
logrando pasar desapercibida.